sábado, 27 de marzo de 2010

Culata


-Hola...

-Hola, cómo estás

-Bien, ¿y tú?

-Bien...¿Sabes? Necesito decirte algo

- Ok, te escucho...

-Descubrí que nuevamente pude sentir aquellas cosquillas en la panza, esos tiritones involuntarios, esas ganas locas de cruzar alguna palabra con esa persona. Descubrí que los días se pasan más rápidos, que no vale la pena pelear, que no es necesario estar al lado de aquella persona para tocarla.

A veces siento su respiración, la siento cercana, incluso más allá de lo físico, la siento en mi alma, muero por sentir su olor, y sin pensarlo lo estoy sintiendo...cada vez que cierro los ojos cada sentido de mi cuerpo se presenta como cuando los girasoles se abren ante la presencia de un rayo de sol, siento que mis manos lo tocan, que mis labios sienten el sabor dulce de sus besos, que sus susurros son gritos en mis oidos, y que puedo respirar su aire, aire cargado de emociones, de miedos, de contradicciones...

Me incomoda, me vuelve loca, me hace vulnerable, me hace reir, me hace llorar, me hace bailar de felicidad, de amor, y me hace explotar de odio...me convierte en la más bella musa y luego me convierte en el mounstro más detestable en las pesadillas de los niños; y da lo mismo cuanto tiempo pase escuchando simplemente su respiración, da lo mismo cuanto tiempo transcurra sin tocar ni un centímetro de su cuerpo...sólo importa que está ahí, que por un pequeño instante es para mí, que por unos segundos, sólo existo yo para él.

-¿Acaso te enamoraste?

-No sé

- Y si no sabes tú, ¿Quién?

-No sé

-Ummm...Y ¿Qué harás?

-Seguir viviendo una ilusión, seguir soñando que en las noches me besa, continuar creyendo que algún día me dirá que soy yo lo que buscaba, que no necesita nada ni a nadie más, porque yo llené todos los vacíos que tenía, que sané sus heridas, qué da lo mismo el pasado, porque sin querer encontró un futuro.

-Me gustaría que alguien sintiera eso por mí.

-Eres igual que él, ciego, incapaz de darte cuenta que lo que buscas está ahí, cubierto, escondido, sólo necesita que tú le des una mano y saques sus capullos, sus mantas...para así abrir sus alas y llevarte con ella

-¿Tú crees que ella esté por ahí?

-¡Claro!

-Yo lo sabía...siempre estuvo ahí....Te adoro!!!

(Por fin me había mirado, tenía sus manos en mis mejillas, estabamos tan cerca, sentía su aire tibio en mi nariz, sentía su olor tan cerca, era mejor de lo que soñaba)

-Te adoro (la besé en la mejilla, casi llorando me di cuenta de que a la persona que buscaba siempre había estado ahí)

- Te quiero ( tenía sus ojos llorozos, y yo helada, necesitaba romper en llanto, pero quería besarlo y consolarlo, decirle que no buscara más que yo ya estaba con él)

-Nos vemos ¡Te cuento mañana!

-¡¡¡Eyyy!!! ¿A dónde vas?

-A buscarla amiga...a buscarla...Gracias...

-De nada...

-¡¡¡Adiós!!!

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