sábado, 4 de septiembre de 2010


Fue cuando te conocí que supe realmente lo que es amar y necesitar una persona a mi lado.
Caminar a tu lado, de la mano, o sólo sintiendo el leve roce de tu piel con la mía cuando por culpa de la multitud chocamos...eso y muchas cosas más aprendí desde el segundo en que te conocí.
Es ahora cuando pienso si las otras veces que dije "te amo" fueron palabras desperdiciadas por las mil oportunidades en que he tenido que callar para no mirarte y decir que te amo, que eres quién me hizo volver a la vida, que recuerdo como si estuvieras ahora a mi lado, tu aroma, tus gestos y tu mirada.
Eres tan lejano, tan disperso, tan amable y certero, descolocas mi vida, dejas insensibles mis sentidos, mitigas cualquier dolor guardado en mi alma...así eres tú, eso eres para mí...
Quisiera darte alas, para verte cerca del lugar desde donde provienes, el cielo...no cerca de Dios, sino más cercano al demonio, porque llegaste a mi vida para llenarme de obsesiones, de temores, de tentaciones, para hacer de mí un muñeco más de este estúpido juego llamado amor.
Si tuviera la oportunidad de cambiar las cosas, sinceramente, te habría alejado de mi vida, podría así haberme ahorrado tanto dolor, pero sobretodo, no sabría que existiría mayor felicidad que un segundo a tu lado...y esa felicidad me condena, me condena a querer pasar cada minuto de mi vida a tu lado, para aunque sea por unas horas, sentirme en la más plena felicidad.
Explicarte como estás clavado en mi vida, sería como hablarle a un bebé sobre metafísica, anteponer la idea del juego al mismo juego, hablar de amor sin haberlo sentido.
Un asesinato al corazón, una estocada al olvido, un balazo a la ceguera, esa ceguera que cuando uno ama se vuelve eterna, y cansa a la mirada, porque no es sino cuando ves al ser amado, cuando comienzas a ver la realidad...y duele, como cuando el hielo atraviesa nuestra piel, se cala en la carne y se apega a nuestros huesos...es así como me duele tu distancia, es así como sufro por amarte...es como pretendo olvidarte la peor manera para hacerlo.
Sigo aquí, tan vacía como llena, tan amarga como dulce, tan silenciosa como ruidosa...tan amante como rechazada.

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